Hay ciertas personas a las que, hagan lo que hagan, el escándalo las persigue. Otro grupo de gente, en cambio, lo busca a conciencia. Y habría un tercer estamento de almas que conviven con él, el escándalo, y lo elevan a la categoría de ARTE (así, con mayúsculas). A este último pertenecería Frédéric Beigbeder, uno de los gurús literarios del siglo XXI.

Frédéric, perfil de alumno aventajado, intelectualmente dotado, pero anárquico e irreverente, entró pisando fuerte en el panorama literario francés. Vertiendo en su coctelera estilística un poco de la fiereza y acidez de Céline, agitándola con la contemporaneidad y sensación de vacío deHouellebecq y la cruda obscenidad de Bukowski, el garçon obtuvo su primer gran éxito con su El amor sólo dura tres años. Una obra escéptica y descarnada, que pondría los pelos del punta al mísmisimo Bécquer (me cuesta imaginarme al gabacho recitando los versos del andaluz).

Más tarde, Beigbeder decidió aportar su granito de arena a la literatura generada por los atentados de las Torres Gemelas. Y el resultado vino en forma de Windows on the World, una gran novela que trata sin ambages ni heroísmos una de las mayores tragedias de la historia contemporánea. Después, se adentró en el mundo de la moda, glamuroso y cruel a partes iguales, en Socorro, perdón. Discotecas, concursos de belleza, libidinosas fiestas en mansiones de oligarcas… un narcisismo extremo narrado en un tono literario más melancólico.

Sin embargo, su obra maestra, la que le encumbró como uno de los escritores a seguir del siglo XXI, sigue siendo 13’99 euros. En ella, nos presenta a su alter ego, un exitoso publicista parisino de nombre Octave Parango. El primer párrafo del manuscrito es una desafiante declaración de intenciones. Tras dos páginas de lectura, te percatas de que tienes algo diferente entre las manos.

Al mismo tiempo, te planteas si quien lo escribe es un bufón, un genio, un perturbado, el próximo gurú de la literatura o simplemente un tipo que te está tomando el pelo (pero con estilo, mucho estilo). Un lenguaje corrosivo, directo, crudo, obsceno, bello. Capítulos breves hilvanan una trama que en ocasiones se torna un tanto surrealista, como si de un poema deBurroughs se tratase. Frases como eslóganes («La diferencia entre ricos y pobres es que los pobres venden droga para comprarse unas Nike, y los ricos venden sus Nike para comprar droga») se clavan como dagas en tu conciencia.

Una buena novela de iniciación al mundo de la literatura. O la amas, o la odias. Tú decides.